Los Milei miran a la Justicia y el abogado que se mueve por la Casa Rosada


Santiago Viola sale de su oficina en la Casa Rosada y se reúne con Karina Elizabeth Milei. Cada movimiento del joven abogado llama la atención en el gobierno libertario. Es el hombre de confianza de la hermana presidencial en los asuntos jurídicos y quien conversa con ella sobre temas urticantes que debe abordar el gobierno.
Las vacantes en la Corte Suprema de Justicia, la nominación de un nuevo Procurador General, el reemplazo de la Defensora General de la Nación, la Auditoría General y casi 200 cargos de jueces son asuntos relevantes para el gobierno de Javier Gerardo Milei y que es observado con detalle en el mundo político y judicial.
El joven Viola se hizo conocido en el círculo judicial por ser hijo de la abogada Claudia Balbín, quien lo acercó al entonces juez federal Rodolfo Canicoba Corral, un conocedor del mapa del fuero federal argentino. Con el surgimiento de la fuerza política de los Milei, se transformó en un jugador en ese rubro y escaló hasta ser hoy el apoderado del partido “La Libertad Avanza”.
Santiago Viola tercia en el escenario judicial del Gobierno junto al ministro del área, el inoxidable Mariano Cúneo Libarona, y el secretario de Justicia, Sebastián Amerio, este último muy cercano a Santiago Caputo, el asesor presidencial. Un conocedor del universo mileísta define así la situación actual en Justicia: “A Cúneo le gusta el bronce, moverse con su custodia y seguir atento a lo que pasa en Racing y para todo eso, le sirve el cargo de Ministro. Viola es el más cercano a Karina y hoy, repasan juntos los nombres de los jueces por nombrar y la relación con el kirchnerismo. Pero Amerio es el que conoce y habla con los jueces de Comodoro Py”.
En este escenario, cualquier definición tanto de eventual cambio de ministro como de envío de nombres para la Corte Suprema sucederá por sorpresa, como le encanta actuar a los hermanos Milei. La otra chance es aprovechar el obligatorio cambio de ministros (Luis Petri y Patricia Bullrich) el 10 de diciembre y allí, modificar elenco. Cambia, todo cambia…
En este juego también aparecen Patricia Bullrich y los Menem, Martín y “Lule”. La hoy ministra asumirá como senadora nacional y conducirá el bloque de LLA y allí, tendrá interlocución con el bloque cristinista, así como con los independientes donde nombres como Carlos “Camau” Espínola o Maximiliano Abad serán claves para cualquier negociación. A eso hay que sumar, desde el 10/12 al santiagueño Gerardo Zamora, que asumirá como senador y que pretende jugar fuerte de aquí al 2027 en un armado que amplíe al peronismo con otros sectores, incluido radicales díscolos.
Aquí vuelve a aparecer el juego de Santiago Viola, quien camina desde su oficina hasta el despacho de “Lule” en el primer piso de la Rosada: los Menem pretenden ser los interlocutores con los gobernadores para conversar sobre los jueces que se deben definir en las provincias y los mandatarios locales siempre quieren tener ese rubro controlado. Amén de los ATN (Aportes del Tesoro Nacional), las obras y la toma de deudas, que hoy conversan con el inquieto Diego César Santilli, flamante ministro del Interior, quien viaja ahora a Santiago del Estero y a Misiones.
Karina Milei se sorprendió cuando se dio a conocer en los medios de comunicación la chance de que el juez Mariano Llorens y la senadora Anabel Fernández Sagasti pudieran llegar a la Corte Suprema en un acuerdo mileísta-cristinista. El nombre de la legisladora K mendocina perdió acciones luego de la divulgación pero el del camarista aún mantiene vigencia. En el Gobierno señalan a Mauricio Macri y a los actuales integrantes del máximo tribunal por la divulgación de una negociación en ciernes, preocupados por las movidas judiciales gubernamentales.
Pero el canal está abierto y Cristina Elisabet Kirchner sabe que el momento de acordar es ahora: luego de diciembre, el número de senadores fieles con suerte estará en 14 miembros y solo sumará debilidad. Un vaso de agua y un juez…
Los casilleros de la Auditoría General de la Nación y la Defensora General están en momentos de resolución. El actual auditor peronista Juan Manuel Olmos deja el cargo y la oposición ya busca reemplazo, pero en el marco de la dura interna kirchnerista, resulta difícil elegir alguien para el primer puesto: sí seguirían como auditores Juan Ignacio Forlón y Javier Fernández. Algunos jugadores judiciales del oficialismo le recomiendan a Santiago Viola ocupar una silla en ese organismo y no, apuntar a la Procuración General, lo que lo desgastaría en una pelea que lo pondría demasiado en la palestra.
Pero la polémica mayor está establecida en que, el próximo 1° de febrero, la defensora General de la Nación, Stella Maris Martínez, cumplirá 75 años por lo que deberá dejar su cargo, el que ejerció durante los últimos veinte años.
Sin embargo, la funcionaria que llegó al cargo en el gobierno de Néstor Kirchner no está dispuesta a irse sin más. En los últimos años ha diagramado cuidadosamente un esquema dentro de la institución que dirigió en soledad por más de dos décadas para que su “legado” no se desvanezca.
Martínez viene trabajando desde hace tiempo para que el defensor general adjunto de la Nación, que es quien debería sustituirla hasta tanto el Ejecutivo mande un pliego al Congreso para ungir al nuevo defensor general, no sea su reemplazo sino que integre un cuerpo colegiado junto a personas de la máxima confianza de la septuagenaria abogada.
Durante 2024 y 2025, la todavía defensora general de la Nación, en su doble carácter de máxima autoridad de la institución y de presidente de los jurados de concurso para la designación de nuevos funcionarios, remitió hace tiempo al Ministerio de Justicia los pliegos para designar a dos nuevos defensores adjuntos y próximamente sumará el pliego por el tercer concurso, por el que la semana pasada se tomaron las pruebas de oposición a los candidatos. En las tres ternas aparecen tres de los secretarios generales de Martínez y varios magistrados designados también durante su gestión. Pero Mariano Cúneo Libarona nunca respondió. Las demoras tienen parte de explicación en cuestiones internas, pero también pesa la restricción fiscal. ¿Quién se animaría a crear esos cargos costosos en el Estado en medio de un plan de austeridad? La pregunta atraviesa a todo el sector público.
El asunto que inquieta, además, es que Stella Maris Martínez fue una de las firmantes que dieron vida a la agrupación kirchnerista “Justicia Legítima” -junto a la ex procuradora Alejandra Gils Carbó-, lo cual es una mancha para los que pregonan los tiempos finales de “la casta”. Hola todos, toda la casta es de mi apetito…
Fuente: www.clarin.com



